Los efectos contables de la fusión de Bankia se facturan a CaixaBank. La entidad cerró el ejercicio 2022 con un beneficio neto de 3.145 millones de euros, un 39,8% menos que el año anterior, ha comunicado este viernes la Delegación Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Parece una discordia dentro de un sector que bate récords, pero la realidad es que los números de la banca catalana también muestran avances importantes.
La caída práctica se debió a mayores ganancias del acuerdo de fusión del año anterior.
Si no se tuvieran en cuenta estos eventos extraordinarios, los números verdes habrían aumentado casi un 30 % en términos comparables.
El mercado abrió al alza, pero a media mañana las acciones bajaron más del 4%.
La entidad que preside José Ignacio Goyrigolsarri, también anunció que pretende aumentar su dividendo hasta el 55% del beneficio neto consolidado antes de ser aprobado por la asamblea.
Pretende pagar fresco en abril a 0,2306 euros por acción.
Eso es un 58% más que el año pasado para lograr la mayor participación en beneficios entre los grandes bancos españoles.
En términos absolutos, esto supone un pago de 1.730 millones, parte de los cuales se los embolsará el Estado (a través de la participación del banco en el FROB).
“Casi la mitad de nuestro capital está en manos de la Fundación la Gaveta y el Estado. 500 millones irán destinados a la fundación para llevar a cabo su acción social, mientras que el FROB [Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria] recibirá un dividendo de unos 250 millones de euros”, explicó el presidente de la entidad en la rueda de prensa de resultados anuales.
Además, CaixaBank anunció que mantendrá el mismo rango de distribución entre los accionistas para 2023, entre el 50% y el 60% de los beneficios, según ha informado la CNMV.
En consecuencia, se mantiene en línea con el objetivo de alcanzar los 9 mil millones de volúmenes en 2022-2024.
En cuanto a la compensación al inversor, cabe señalar que el grupo lanzó un programa de recompra de 1.800 millones de euros para reembolsarlo y reducir el número total de valores.
Volviendo a las cifras presentadas en el ejercicio 2022, el margen financiero del grupo fue de 6.916 millones, un aumento del 15,7%, mientras que las comisiones netas fueron de 4.009 millones, un aumento del 8,2%.
Este crecimiento se explica principalmente por la suba de las tasas de interés al cierre del año.
Estos son los dos parámetros que gravará el Gobierno a través de la tasa especial sectorial para cubrir parte de las medidas antiinflacionarias, una medida que según la compañía costará alrededor de 400 millones de euros.
Si nos fijamos en los datos del último trimestre, el crecimiento se disparó hasta el 22,8% respecto al mismo periodo de 2021.
Es decir, el ímpetu de la nueva política monetaria ya se puede sentir, aunque la mayor parte de ese viento favorable llegue en 2023.
“Tanto los diferenciales de interés como los diferenciales de otros ingresos son positivos. La actividad va en aumento y en el último trimestre la mejora se traduce en una subida de los tipos de interés”, ha dicho en rueda de prensa Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank.
A lo que Goirigolzarri añadió algunos riesgos que conlleva este cambio de política monetaria: “Este nuevo entorno tendrá efectos perversos: la ralentización de la economía afectará a nuestro volumen de crédito y a la calidad de nuestros activos, es decir, a nuestro ritmo rezagado. la inflación también afectará nuestros costos”.
El resultado también se benefició de la caída del 8,1% en los gastos de personal tras los 6.452 despidos de trabajadores registrados en 2021, de los cuales 5.137 fueron despedidos el año pasado.
Asimismo, se cerraron 913 lugares de trabajo. Así, el margen de explotación fue de 5.524 millones, un 27,2% más que el año anterior sin tener en cuenta los costes excepcionales derivados de la fusión.
En cuanto a las comisiones bancarias, subieron un 1,7%, aunque los billetes de banco que tenían comisiones recurrentes bajaron un 0,3% con la eliminación de las comisiones de depósito (desde mediados del año pasado el BCE ya no cobra a los bancos por los depósitos) y la consolidación de CaixaBank y Programas de fidelización de Bankia.
Por su parte, las comisiones de la banca mayorista aumentaron un 20,5%. “Vamos en la dirección correcta en términos de negocio para lograr nuestro plan estratégico”, dijo Goyrigolzarri. tranquilizar a los medios.
El crédito creció el año pasado con una cartera de 351.225 millones de euros, un 3,3% más.
El crédito hipotecario se duplica (+108%) hasta los 14.299 millones de euros, aunque las previsiones del sector para el año apuntan a cierta ralentización.
Además, en el caso de CaixaBank, el 90% de estos préstamos para vivienda son a tipo fijo.
Es decir, están cubiertos por las fluctuaciones del Euribor. El crédito al consumo, por su parte, crece un 16% (10.235 millones) y el corporativo un 23%.
Deudas incobrables bajo control
Los gobiernos y el sector financiero han estado atentos a los incumplimientos bancarios durante meses para advertir sobre nuevas perturbaciones y evitar la catástrofe de la Gran Recesión.
Se preocupó el efecto de la inflación y la subida de los tipos de interés (ya su vez del Euribor) sobre las familias de bajo poder adquisitivo, por lo que se articuló una ampliación del código de buenas prácticas para ayudar a las familias en dificultades.
Sin embargo, su situación financiera ahora es mucho más cómoda que hace diez años.
Gracias en parte a un mejor control de riesgos en la concesión de crédito.
De hecho, en enero Goirigolzarri estimó 820 solicitudes de clientes recibidas para el cumplimiento del protocolo.
Así, a pesar de los riesgos latentes y de un entorno económico incierto, el crecimiento del PIB debería ralentizarse este año, CaixaBank redujo la morosidad a mínimos históricos: cerró 2022 con un tipo de interés del 2,7%, casi un punto menos que hace un año.
Esta evolución se debió a una mala gestión del balance que redujo el balance a 2.943 millones.
“Cada vez es más difícil, pero conseguimos reducirlo aún más en un año que no ha sido fácil por los riesgos existentes”, ha subrayado Gortázar, quien ha añadido la buena evolución de la amortización de la cartera crediticia con la garantía de la Estado a través del instituto Oficial de Crédito (ICO): La cartera del ICO evoluciona con una tasa de morosidad del 4% y con amortizaciones de más de un tercio de los préstamos. No es una cartera particularmente problemática. Al menos hasta ahora. “
Los dividendos de las inversiones cayeron un 15 por ciento a 163 millones de euros, mientras que las ganancias de capital cayeron un 39 por ciento a 264 millones de euros.
Esto se debió a la venta de Erste Group Bank y la fusión de Bankia Dia-A-Dia.
El banco afirma que ha mantenido su dinamismo comercial durante el último año, cuando se completó el proceso de integración de Bankia, convirtiendo a Bankia en la entidad con mayor facturación en Valencia.
En cambio, la capitalización del banco es cómoda de acuerdo con los requisitos impuestos por el Banco Central Europeo.
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وہ CET1 totalmente cargado cerró en 12,8%, muy por encima del 8,44% solicitado y superando también el objetivo de CaixaBank de 11% a 12%.
La rentabilidad sobre los recursos propios (ROE) fue del 8,3%, mientras que la rentabilidad sobre el capital tangible (ROTE) fue del 9,8%, aunque sigue siendo insuficiente: “Estamos muy satisfechos con el ROTE que hemos introducido en el mercado pero aún por debajo del coste del capital ”, garantizó Goirigolzarri.
Efectivamente su plan estratégico pretende superar el 12%. El índice de eficiencia cerró el año en el 51,9%, todavía lejos del 48% fijado como objetivo máximo para 2024.