Repsol cierra 2022 batiendo su propio récord histórico de beneficios, ganando 4.251 millones de euros (en 2010 alcanzó los 4.693 millones de euros), un 70% más que el año anterior, gracias a los altos precios internacionales del gas y la nafta que se dispararon por la guerra de Ucrania.
El crudo tiene un beneficio neto de 6.750 millones en los últimos años, que no compensa las pérdidas de años anteriores (2020 y 2019) cuando registró números rojos de 3.289 millones por la caída de la demanda por la pandemia del coronavirus y 3.816 millones por el año anterior, en este caso por un ajuste contable de 4.800 millones.
La compañía, que realizó una contribución positiva en todos los segmentos de su actividad (exploración y producción, refino y comercialización), aprovechó la presentación de resultados para anunciar que la aplicación del impuesto del 1,2% sobre sus ventas en Espanha tendrá un impacto en sus cuentas por 450 millones de euros en 2023, según explicó su director general, Josu Jon Imaz, durante la conferencia con analistas.
“Repsol cree que este impuesto es incompatible con la constitución española y la ley europea y explorará métodos legales para aumentarlo”, dijo Imaz, calificando el impuesto como “discriminatorio e incendiario” y “favorable a la inversión”, la reducción de precios que pretende el gobierno.
“Los altos precios de la energía que pagamos hoy no son solo resultado de la guerra sino también de la alta dependencia europea de las importaciones, resultado de decisiones políticas que decidieron olvidar la necesidad de invertir en crudo y gas y en capacidad de refinación”, protestó. Imaz.
“Decimos que se reduzcan las emisiones de CO2 en Europa, pero eso no es cierto. Cuando digo que necesitamos menos ideología y más tecnología, lo digo porque los hogares europeos no pueden pagar la energía ni la industria. Necesitamos un enfoque más amplio de la transición energética, ” agregó.
inversiones históricas
Con un ritmo de inversión de 4.182 millones de euros en 2022, un 40% más que el año anterior, para “avanzar en la transformación de su actividad”, la mayor parte se aplicó a proyectos en la Península Ibérica (en España invirtió 1.400 millones de euros) y en Estados Unidos, Repsol prevé realizar una inversión orgánica histórica de más de 5.000 millones de euros, de los que el 35% se destinará a proyectos bajos en carbono.
En este sentido, Imaz dio una buena bofetada a las políticas del Viejo Continente, al tiempo que se deshacía en elogios hacia el modelo elegido por Estados Unidos a través de la Ley de Reducción de la Inflación.
“El principal motor de las estrategias europeas es la regulación compleja y exigente, mientras que el furor es todo lo contrario. Es estabilidad, sencillez y sobre todo es un incentivo para invertir en Estados Unidos. En Europa los reguladores se quejan de que la ira no es la mejor estrategia, pero deberían aprender de los americanos porque sino acelerarán la transición energética y tendremos problemas”, advirtió Imaz.
Afirmó que la petrolera “aprovechará esta realidad” a partir de los proyectos que ya tiene en Estados Unidos y también para analizar la posibilidad de producir hidrógeno en este continente, aunque también señaló la importancia de invertir en Espanã para la empresa.
Deuda e dividendo
Las sólidas cifras de 2022 permitieron a la compañía reducir su deuda neta un 61% respecto al año anterior, hasta los 2.256 millones de euros, así como aumentar un 11% la retribución en efectivo en 2023, hasta los 0,70 euros brutos por acción (avanza la objetivo para 2024).
También aumentará la retribución media de sus empleados un 9,4% (63.000€) y prevé recomprar 200 millones de acciones a finales de 2022, con recompras y rescates de acciones a lo largo de tres años.
En este sentido, el Consejo de Administración aprobó en 2023 la puesta en marcha de un nuevo programa de recompra de acciones propias con un máximo de 35 millones de acciones y propone una reducción de capital en la próxima junta general mediante la recompra de 50 millones de acciones propias.
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Además de dos números de bonificación, la compañía defendió su contribución social para ayudar a sus clientes con un descuento adicional en productos no combustibles, válido desde principios de abril hasta finales de diciembre, y que se seguirá ofreciendo hasta el 31 de marzo con un impacto para la compañía de 500 millones de euros, así como unos 2.000 millones destinados a incrementar sus existencias para garantizar el suministro en Espanã , en un contexto de tensión en los mercados internacionales.
Además, durante el ejercicio, la compañía decidió dotar 2.485 millones de euros para el “deterioro del valor contable”, principalmente de refinerías, “cuya rentabilidad y competitividad a largo plazo se vería afectada por aspectos costosos del sector futuro no rectificado “Europa, clima de negocios inestable y presiones regulatorias y financieras”.